5/12/11

Cortar por lo sano


Mire tu foto y desperté, no pude evitar agarrar esa tijera,
 a los pocos segundos mi pelo se esparcía por el piso húmedo de aquel baño, como víboras que tapaban mis pies, caían levemente los mechones como plumas de aquel cabello ahora muerto, ¡es por vos! Me repetía a mi misma. 
Solté la tijera, me espante, me mire al espejo y ahí estaba, mi cabeza irregular llena de tijeretazos,
en mi mano, sangre, en mi cara, una lagrima, no era la primera vez que lo hacia, ya lo hice muchas veces pensando en vos.
Necesito nicotina o masturbarme hasta dormirme pensé… ni la una ni la otra, no puedo, cobarde me grite, ¡cobarde! 
Me hubiese gustado tener la valentía de correr a tu casa a mostrarte las tetas y decirte que te amo, quizás así me sentiría menos estupida, aunque hubiese sido muy fantasioso de mi parte y de haberlo hecho no había vuelta atrás…
Siempre uno elige esperar, como si el tiempo sobrara, como si algo nos asegurara que mañana vamos a despertar respirando; si cada segundo alguien nos recordara que la muerte puede sorprendernos, quizás aprovecharíamos mas los instantes, los instantes…¿hace cuantos instantes que no te veo?  …
Se abrió la persiana,  vi tus malditos ojos negros, y decidí quemar un libro de Neruda, no se, me canso, era muy cursi.
 ¿Como seria decirte todo de una vez? Sin miramientos, sin peros, sin sin embargos…seria mas fácil quizás que levantarse cada día pensando si voy a vivir en un futuro para decirte que cada noche me acuesto pensando en vos, 
volví a agarrar la tijera…es por vos, pensé

Candelaria Spicogna.

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