19/3/13


Desde que soy niña se que nací para trascender, para ser alguien. Detesto el anonimato y el solo pensar en llevar una vida corriente me asquea. Siento asco hacia la cotidianeidad, la rutina y lo convencional. Siempre supe que estaba destinada a ser grande y todas mis decisiones me llevan a eso, a alcanzar mi meta. Puede que lo que diga suene ego centrista, pero por lo menos tengo el valor de decir la verdad, de aclarar mi fin, y no vivir en la hipocresía de considerarme una persona humilde. El mundo conocerá mi nombre, dejare un legado, una trascendencia, de lo contrario matenme ahora, prefiero morir a mis 20 años que pasar un vida nimia, insignificante, que ser solo un numero mas. Pero por ahora intento dejar un precedente, que el mundo me conozca, quizás el mundo todavía no este preparado para gente como yo, o quizás, la gente como yo no este hecha para este mundo.

16/3/13


Podría definir mi vida como un solo de piano,
un escenario vacío, en ruinas,
una casa vieja de San Telmo,
un amanecer en el puerto de la Boca,
así es mi vida aquí, mi yo me acompaña a todos lados,
juntas lloramos, juntas bailamos, juntas reímos, 
aprendimos a convivir, mis personalidades y yo, 
mis dolores y mis cicatrices, 
mi amor y mi miedo,
cuando la muerte nos toca el hombro, la vida cobra otro sabor,
lo que ayer importaba hoy parece nimio, lo que ayer parecía nimio hoy importa. 


Candela
Buenos Aires, 2013





Hay noches en las que me siento destinada a ser un instante...









En aquel Palermo viejo yo te conocí, ansiabas arte, traías libertad, nuestras extrañas tonadas se cruzaron y como dos extranjeros, sin saber donde ir, nos hundimos en el trajín de una ciudad que tiene prisa. Me contaste tu historia, yo un poco de la mia, caminando por Boedo bailamos juntos un tango, que vos me enseñaste y que yo aprendi. Victor jara nos vino al encuentro y de nuestras bocas salio un canto rojo que me afirmaba que eras un guerrero(al igual que yo). Te regale un poema que alguna vez aprendí, me regalaste una de tus canciones, poesía sincera de acento chileno que me maravillo, nuestros cuerpos se acercaban, nuestras extremidades se conocían y observando tu rostro encontré un lunar debajo de tu ojo izquierdo, el mismo que llevo desde que nací, pequeñas causalidades, con sentido o no, entendimos que nuestro encuentro traía algo mágico detrás. Recorrimos calles y veredas con olor a barrio, a tango y belleza, nos adentramos en la ciudad, nos hicimos cómplices y hablando de la libertad, así te conocí.
Un bondi viejo nos lleva a la Boca, asiento en el cual me abrazaste por un segundo, fue tu pudor o el mío, fue tu pasado, fue mi miedo, pequeñas comisuras de nuestros cuerpos que vibraron con un tango, un poema y una canción.
Te encontrare por esas calles poeta ausente, me abrazaras un rato y perderás tu pudor, y si no te encuentro hombre etéreo, de tiernos ojos y bella voz, me acordare del beso tímido que al despedirte me dejaste ese día diciendo adiós.


(Candela, desde Buenos aires, 
pensando en Chile)