26/6/12

Estrepitosos días de juventud asqueada.

Oportunidad inoportuna de quedarme quieta, ensimismada en la nada que me contiene o me repela, de alguna forma intentando no ver el cielo, para dejar mi cara apoyada en la pared fría, vacía, mundana, que me mira sin nada que decirme sin nada que le diga. Frío viento de invierno que me recuerda que lo que se viene puede ser aun peor, y tu mirada que me martiria todas las noches.
Sexo asqueroso, impúdico que no me permite gemir sino decir malas palabras, que no me permite sentir placer sino rechazo, sexo nauseabundo. Relacion estrepitosa de amor, jóvenes por la calle de la mano, mostrando su empatia, me indignan sus caras.
Las pequeñas cosas dejaron de ser tales, maldito movimiento que se detuvo para dejarle lugar a mi pensamiento, otra vez. Mientras pienso en que convertirme para pasar desapercibida, alguien me saluda y se para a hablarme, lo miro, no contesto, se va, me muestra afecto, no respondo.
La metamorfosis es un proceso lento, muy lento, o pregúntenle a Gregorio Samsa, a no, cierto, a el solo le basto un sueño...

Candela.