16/3/13


En aquel Palermo viejo yo te conocí, ansiabas arte, traías libertad, nuestras extrañas tonadas se cruzaron y como dos extranjeros, sin saber donde ir, nos hundimos en el trajín de una ciudad que tiene prisa. Me contaste tu historia, yo un poco de la mia, caminando por Boedo bailamos juntos un tango, que vos me enseñaste y que yo aprendi. Victor jara nos vino al encuentro y de nuestras bocas salio un canto rojo que me afirmaba que eras un guerrero(al igual que yo). Te regale un poema que alguna vez aprendí, me regalaste una de tus canciones, poesía sincera de acento chileno que me maravillo, nuestros cuerpos se acercaban, nuestras extremidades se conocían y observando tu rostro encontré un lunar debajo de tu ojo izquierdo, el mismo que llevo desde que nací, pequeñas causalidades, con sentido o no, entendimos que nuestro encuentro traía algo mágico detrás. Recorrimos calles y veredas con olor a barrio, a tango y belleza, nos adentramos en la ciudad, nos hicimos cómplices y hablando de la libertad, así te conocí.
Un bondi viejo nos lleva a la Boca, asiento en el cual me abrazaste por un segundo, fue tu pudor o el mío, fue tu pasado, fue mi miedo, pequeñas comisuras de nuestros cuerpos que vibraron con un tango, un poema y una canción.
Te encontrare por esas calles poeta ausente, me abrazaras un rato y perderás tu pudor, y si no te encuentro hombre etéreo, de tiernos ojos y bella voz, me acordare del beso tímido que al despedirte me dejaste ese día diciendo adiós.


(Candela, desde Buenos aires, 
pensando en Chile)

No hay comentarios:

Publicar un comentario