13/11/12

Que me acuerde de tu pelo bailando con la brisa de aquella primavera, ese cabello enredado que en un movimiento suave mostraba su encanto; 
que me acuerde de tus ojos, serenos, tranquilos, que me observaban tanto y no lograban inquietarme,
 sino que al contrario, me regalaban un poco de su paz; 

que me acuerde de tu boca, suave, extraña, que me recorrió esa noche; 
que me acuerde de esa luna, llena, silenciosa, que nos vigilo en el primer encuentro, esa luna que fue testigo de aquel eterno instante en que nuestros cuerpos se unieron; 
que me acuerde de aquel sol que me vio marcharme, aquel sol que te vio despedirme con la misma mirada con la que me reconociste por primera vez; 
que me acuerde de aquel brazo que se aferro fuerte esa tarde y luego me dejo ir (y luego te dejo ir).
Que me acuerde de tu canto y tu guitarra, el día que me vengan a buscar y quede en mi mente solo recuerdos de una vida lejana, 

solo recuerdos de una juventud hermosa, solo recuerdos de amores bohemios, 
de amores etéreos, 

de amores de sierras, 
de amores idealistas, 
como el tuyo, 
como el mío, 
como el nuestro,
que me acuerde de vos, 
el día que me vengan a buscar, que me acuerde de vos.



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